Las echábamos de menos, pero aquí vuelven.
A mí personalmente esta situación me pareció demasiado estricta, pero la alarma
general se disparó y pareció que no paraban de acusar a las grandes superficies
de todo tipo de fechorías. Y en verdad, IKEA se ha llevado su buena parte de bronca,
porque cuando parecía que el asunto de la carne de caballo estaba resuelto, aparecieron
las tartas, y cuando no, las salchichas.
Para todos aquellos que se han perdido la polémica que
levantaron las albóndigas, aquí os presento un pequeño resumen. El 26 de
febrero, un análisis realizado por una empresa externa a IKEA contratada por la
misma, descubrió indicios de carne de caballo en sus productos Dafgard, lo que
incluían las albóndigas y las salchichas. Se retiraron todos los productos de
dicha marca al momento. Al día siguiente del anuncio, IKEA España, Francia,
Reino Unido, Irlanda y Portugal ofrecieron productos cárnicos de otras
empresas. Una semana más tarde, el 4 de marzo todas las alarmas se dispararon
cuando otro supuesto análisis dieron positivos en bacterias coliformes, esto
es, rastros de heces en su tarta de chocolate. Este hecho quedó desmentido al
día siguiente por un comunicado de la empresa, puesto que ningún análisis
posterior apuntaban a esa conclusión. Pero hasta ayer no podemos decir que
volvieran realmente nuestras albóndigas suecas, 100% carne de vacuno y cerdo.
Bueno, pasando al comunicado que da la bienvenida a la
vuelta de las albóndigas, este ha recalcado el hecho indiscutible de que la
carne de caballo no es “perjudicial” para la salud (al revés creo que es
bastante más sana que la de vacuno o cerdo porque contiene menos grasas), pero
de que esta no estaba debidamente indicado en los ingredientes, por lo que
supondría un fraude alimenticio. Y como este hecho es bastante inusual en IKEA,
se procede como siempre a algunas soluciones específicas: simplificar la cadena
de distribución, limitar el número de proveedores de carne, realizar más
controles, pedir más requisitos a los proveedores, y realizar auditorías
regulares. Termina el comunicado con un sincero “La confianza en nuestros
colaboradores y clientes es muy importante para IKEA”. Y digo sincero porque
según mi opinión, esta situación ha escapado en ciertos sentidos a las manos de
la empresa, pero a través de comunicados a informado continuamente a todos sus
clientes y fans de la situación en la que se encontraba, dando la cara desde un
primer momento y reaccionando con rapidez, primero retirando los productos, y después
ofreciendo soluciones (búsqueda de proveedores de confianza con el Pozo, para
sustituir los productos; realizando más análisis, y controlando más férreamente
a los productores.
A mí lo que más me preocupa de todo esto, es sin duda el fin
de toda esa carne retirada. Sé que algunas empresas han donado los productos
desechados por “fraude” a organizaciones caritativas, pero no puedo confirmar que se halla realizado también en este caso.
*Actualización 26/03: un día después de publicar esta entrada, recibo un email que nos da a conocer la llegada de las albóndigas de manera personalizada y exclusiva a cada cliente de IKEA Family, pero que además incluyen este pequeño apartado: "Por último, quizá te preguntes qué vamos a hacer con las albóndigas que IKEA ha retirado de la venta. Queremos encontrar la mejor solución y la más sostenible para lo que estamos contemplando varias opciones." Ante cualquier noticia, os informaré.
*Actualización 26/03: un día después de publicar esta entrada, recibo un email que nos da a conocer la llegada de las albóndigas de manera personalizada y exclusiva a cada cliente de IKEA Family, pero que además incluyen este pequeño apartado: "Por último, quizá te preguntes qué vamos a hacer con las albóndigas que IKEA ha retirado de la venta. Queremos encontrar la mejor solución y la más sostenible para lo que estamos contemplando varias opciones." Ante cualquier noticia, os informaré.
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